¡Ni melón!
¡Ni sandía!
¡Ni cuello!
¡Ni bufanda!
¡Ni falda!
¡Ni sandía!
¡Ni cuello!
¡Ni bufanda!
¡Ni falda!
ya que no he podido (o no he querido) agarrar mi ritmo, creo que este proceso toma su tiempo, incluso todavía no les puedo mostrar como quedo mi casa "arreglada" ya que no puedo terminar de poner en orden todo, arreglo una habitación y pongo en desorden el resto de la casa y es el cuento de nunca acabar.
Un abrazo.